marzo 28, 2024

«La confianza está dentro de ti» MV.

«La confianza está dentro de ti» MV.

 

Al fin llegó el día de la exposición. Eran las tres de la tarde, comenzaría el programa a las cinco, Fernando había quedado formalmente de pasar por el artista para llevarlo a la televisora.

Amadeo, un poco nervioso de salir en televisión nacional, ensayaba cada una de las palabras que iba a decir, y analizaba cada pregunta posible respecto a sus pinturas. Más de una hora repitiendo perspectivas personales y su filosofía del Arte, vestido de la manera más formal, pues jamás en su vida había usado zapatos por decisión propia; todo estaba listo.

5:15 pm, ¿Dónde estará el sujeto?, se preguntaba Amadeo. El periodista nunca llegó al igual que sus pinturas…

Fernando Márquez había desaparecido del lugar con las obras de Amadeo, quizá para venderlas, nadie supo el paradero de ésta persona. El estudio de televisión recibió una cinta anónima el 29 de Junio con el contenido de un artista mostrando su Arte, fue transmitida por parecer algo interesante y como nadie reclamó dicha cinta, al estudio le fue gratis este reportaje, no gastaron ni un solo centavo.

Amadeo totalmente deshecho, no dijo ni una sola palabra por lo menos en un día, al fin pensó con claridad a cerca de lo que había pasado con sus pinturas y lo aceptó, no hizo nada al respecto.

Su familia trató de encontrar a la persona responsable pero jamás hallaron rastro de un tal “Fernando Márquez”. Con este acontecimiento  la impaciencia y frustración de Amadeo llegó al límite, por supuesto él seguía pintando, pero con una perspectiva diferente.

Noches después, el artista se dispuso a crear algo grande, ansioso por llamar la atención del público, decide crear otra pieza titulada: “1955-1975” consistía en una representación mórbida y espantosa. Claro, técnicamente estaba muy bien hecha y con una profesionalidad única. Lo que más destacaba de dicha pintura eran los desfiles negros cargando cadáveres de personas que murieron en combate, en el cielo 5,7 millones de luces parpadeando (Fuegos artificiales lanzados a lo lejos de aquel lugar) y en la esquina del lienzo casi imposible de identificar, el canciller imperial,  que fue líder de Alemania en 1934, nada más y nada menos que el señor Adolf Hitler, muerto de hambre, abatido y descolorido. Dando a entender que la revolución que Amadeo quería propagar igual que una enfermedad, iba muy enserio.

La obra “1955-1975”, se dio a conocer gracias a su madre, ella mostró el cuadro a un extenso número de personas, todos apreciando dicha pieza, creyendo que se trataba de una pintura llena de patriotismo al ver que la guerra había terminado y que por ello lanzaron miles y miles de fuegos artificiales. Efectivamente se trataba de una guerra, pero no una en específico ya que el título hacía referencia a la guerra de Vietnam que fue iniciada en 1955 y concluyó en 1975, Hitler murió en 1945. La pintura de Amadeo reflejaba la derrota, el fracaso, la vergüenza y la miseria como personas y acontecimientos, muy poca gente notaba que los fuegos artificiales estallaban a lo lejos, alguien más celebraba y ese alguien no era Amadeo…

Tal vez Amadeo llegó a un punto avanzado de sí mismo, en el cual  lo impresionante ya no le sorprendía en lo absoluto, o simplemente la ignorancia de sí mismo dominó en su totalidad su mente. Las ideas empezaban a terminarse, comenzaba a decaer su originalidad, al sostener el pincel todo se tornaba bizarro en su mente. Creo que Amadeo nunca valoró del todo el reconocimiento de aquellos que lo rodeaban, él quería ir de inmediato a algo mayor.

La impaciencia devoró en su totalidad su talento, lo único en lo que él seguía siendo responsable era en su trabajo, de ahí fue que surgió la duda: ¿Para qué sigo trabajando?, tengo todos los recursos pero no la imaginación, ya no puedo regresar a la escuela o si lo quisiera, tendría que esperar un año para continuar, ¿Por qué tiene que ser así? –decía para sus adentros. Ya no podía hacer retratos, no era lo suyo, decía, la verdadera esencia del Arte proviene de uno mismo y no de algo físico, pensaba.

Amadeo se decía a sí mismo sin cesar:

-¿Qué caso tiene pintar algo que ya existe?, ¡Que ridículo!…

 

 

Historia de José Manuel Carmona Palmas. Dibujo: José Manuel Carmona Palmas, con la colaboración de César Antonio Martínez de Sena.

         

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