abril 20, 2024

La Secretaria de Salud defrauda a sus trabajadores

La Secretaria de Salud defrauda a sus trabajadores

Decenas de trabajadores del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) entre los que se encuentran médicos, enfermeras, personal administrativo expresaron su inconformidad luego de que fueran notificados de la falta de cumplimiento de pago en sus créditos de FOVISSSTE, por lo que corren en riesgo de perder sus viviendas ante un posible embargo de bienes.
Los supuestos atrasos datan desde 2014 o 2015 de los cuales informaron a principios de 2017 a la secretaría general del sindicato al que están afiliados, en ese entonces a los trabajadores se les informó que era un error de la institución que otorga los créditos, no obstante, tras el cambio de administración los faltantes continúan.
Un trabajador afectado comentó: “Me llegó una notificación de desalojo por falta de pago, pedí el estado de cuenta porque a mí puntualmente me han hecho los descuentos, pero para la empresa que me otorgó la vivienda ese no es su problema, Simplemente el patrón no pagó mensualmente lo que me descontaron y tampoco lo que le correspondía”.
“No es algo nuevo, ya habíamos hecho manifestaciones sobre este problema pero no hay solución, ya tiene más de tres años que comenzaron estas irregularidades. En mi caso es desde enero del 2015, me descuentan mil 500 quincenales, eso quiere decir que además deben pagar la parte del patrón”.
Derivado del vencimiento de los créditos, los trabajadores fueron ubicados en el Buró de Crédito, por lo que no pueden disponer de tarjetas bancarias o acudir a tiendas departamentales para adquirir bienes mediante plásticos, pues fueron “fichados”, además los cobros ahora incluyen intereses, por lo que las deudas aumentan.
“Hemos colocado mantas, pero nadie nos ha hecho caso. Estamos dispuestos a llegar hasta donde sea necesario, pero desde el Sindicato nos dijeron que hay amenazas, que podríamos perder nuestro trabajo. La verdad no tengo miedo porque estoy haciendo lo que es justo, no tengo miedo”.
Los empleados continúan trabajando y desempeñando sus funciones, acuden al campo, reciben pacientes, aunque “no hay ni gasas, no tenemos ni siquiera medicamento. Es triste, uno se siente mal pero no podemos hacer nada”.

         

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