Para Rosalinda Silvia García Montero las palabras de José Antonio Meade Kuribreña, precandidato a la presidencia der México no tiene sentido, suenan tan huecas, nada representan.
Y es que en un encuentro con mujeres priistas del estado de México, el estado donde el ser mujer se ha convertido en una situación de altísima vulnerabilidad, Meade Kuribreña aseguró que “No puede haber una sola niña o una sola mujer que siga saliendo preocupada de su casa, que le preocupe que su integridad sea vulnerada, que se le falte al repleto”.
Y es que para esta madre que perdió a su hija Rosalinda Morales a manos de un taxista que la rapto, esas palabra ya no significan nada ante el cadáver de su hija que fue localizado en el libramiento del municipio de Acambay, a una hora de la ciudad de Toluca.
Lo que más le indigna es que a pesar de que la misma víctima pudo dar la voz de alerta en cuanto el taxista no le permitió el descenso de la unidad de servicio público y a través de redes sociales se viralizo incluso el número de placas de la unidad del servicio público, la policía no pudo o no quiso hacer nada al respecto.
“Vamos fuerte y con todo porque para atender los temas de seguridad no cabe la debilidad, es momento de regresarle la tranquilidad a las familias mexiquenses”, aseveraba cuando era candidato el ahora gobernador Alfredo del Mazo Maza, hoy la madre de esta joven que dejo a una menor de meses de nacida solo tiene una promesa de parte de la fiscalía de que se atraparan a los culpables. Solo eso, una promesa más.
Hoy lo único cierto es que su hija es ahora un número más en los expedientes de la fiscalía entre las decenas de casos de mujeres violentadas que no se han podido resolver en un estado en donde ser mujer es una condición de muy alto riesgo.
